Los delitos contra la integridad sexual suelen ser difíciles de probar puesto que se comenten en la mayoría de las oportunidades en ámbitos privados. Quizás este no sería el caso puesto que el escenario de lo acontecido permitió a la policía actuante detener a una persona en la vía pública y mientras una mujer semidesnuda huía de él diciendo que la había ultrajado. Incluso se dio todo frente a testigos casuales quienes se encontraban trabajando en un bar aledaño al lugar.

Por este motivo, la fiscal que investiga el caso le atribuyó a J.A.D. (36) "amenazas coactivas, abuso sexual con acceso carnal, lesiones dolosas leves agravadas por el vínculo mediando violencia de género y con el fin de causar sufrimiento en la mujer". Además le sumó la "privación ilegítima de la libertad agravada por el vínculo y por el uso de violencia y amenazas" por un hecho ocurrido en marzo de 2016 (el cual fue denunciado por la víctima quien luego intentó retirar los cargos anterior).

Sin embargo, pese al testimonio de la víctima, las evidencias del procedimiento y los argumentos de la representante del MPA para sostener en la audiencia de este sábado el pedido de la cautelar, el Dr. Pocoví dispuso la libertad del imputado bajo las siguientes reglas de conducta: prohibir al imputado su presencia en la ciudad de Santa Fe así como cualquier contacto con la víctima y su entorno familiar; quedar bajo la guarda de su madre en domicilio constituido y fijar caución personal por el monto de 30 mil pesos.