Por Fernando Vázquez
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Algunas organizaciones dedicadas al tráfico de drogas en Argentina comenzaron a blindar los vehículos para trasladar los estupefacientes y, para de esta manera, impedir tanto el accionar de las fuerzas de seguridad como de otros grupos de marginales.

Dicha modalidad ya era utilizada por gavillas de narcos que se manejan en México y en diversas naciones sudamericanas. Al respecto, los investigadores afirman que, en nuestro país, estos delincuentes llegan a invertir hasta la suma de 400.000 pesos en la instalación del blindaje de sus diferentes rodados.

La situación, que lógicamente provoca gran preocupación en la Justicia de nuestro país, se descubrió a partir de un ilícito que se registró a principios de setiembre pasado, en la provincia de Misiones, y que demuestra, claramente, el avance de las bandas de narcos en Argentina.

En aquella oportunidad, los efectivos policiales misioneros habían logrado información que hacía referencia a que un cargamento de marihuana iba a ser movilizado por la ruta provincial 11 y que la citada droga saldría de la región de El Alcázar, en el departamento Libertador General San Martín, que limita con Paraguay.

Aparentemente el objetivo de los marginales era arribar a la localidad de Dos de Mayo, con la mencionada carga de cannabis sativa. Los uniformados sabían que uno de los cárteles de narcos, que actúan impunemente en el área de Jardín América, era el responsable del transporte del estupefaciente, de origen paraguayo, hacia Brasil y, por tal motivo, desplegaron en esa zona un procedimiento con la intención de apresar a los forajidos.

Mientras concretaban la vigilancia, los integrantes de un control policial instalado en el paraje El Saltito, entre Dos de Mayo y San Vicente, lograron observar a 2 motocicletas de alta cilindrada, cuyos conductores luego atravesaron el citado puesto sin disminuir la velocidad y que obraban como “punteros” de una camioneta Audi blanca.

Este último vehículo, con destreza, también esquivó a los miembros de seguridad gracias a la complicada geografía del distrito. Como saldo de un intenso rastrillaje por la región, los policías hallaron la camioneta de la banda, que había sido abandonada por los marginales. Los narcotraficantes huyeron rápidamente y su paradero constituye un misterio para los funcionarios judiciales.

Posteriormente, se estableció que la unidad incautada tenía los vidrios blindados. Dicho rodado era capaz de llevar un cargamento de media tonelada de marihuana y se dice que los integrantes de la peligrosa organización le habían levantado los asientos, para de esta manera instalar mejor la droga. Al requisar la camioneta (que había sido robada en mayo de 2016, en la provincia de Buenos Aires), los policías comprobaron que había 789 gramos de cannabis sativa en un doble fondo, en el techo.

El resto de esa carga habría sido trasbordada a otro vehículo, según consideran los investigadores misioneros. Parte de estos cargamentos son comercializados por grupos de malvivientes en el conurbano bonaerense. La preocupante información de este accionar de los narcotraficantes fue difundida por medios periodísticos de la provincia mesopotámica.

En México Pero la modalidad usada por los delincuentes no tiene origen en Argentina, sino que como se produce habitualmente en los hechos de la venta de las sustancias ilegales, fue importada de otras naciones, debido a que, por ejemplo, en México, la mayoría de esos vehículos de los narcos provistos de blindaje fueron preparados en Tamaulipas, en los sangrientos enfrentamientos entre miembros de los violentos cárteles del Golfo y Los Zetas.

Los hallazgos de vehículos blindados, dotados de gruesos vidrios y placas de acero, se dan todos los años en México, desde 2010, y seguirán en una expansión mientras continúen los violentos enfrentamientos y los cárteles mantengan sus conflictos.