Una historia de no creer. Una joven madre llamó a una empresa de medicina prepaga para solicitar un médico a domicilio porque su hija, de seis años, tenía dolores de panza. A los veinte minutos le tocaron el timbre de su casa, en el barrio porteño de Colegiales, anunciándole por el portero eléctrico que era el tan esperado médico. La mujer subió con él, le contó los síntomas de su hija Helena, pero cuando llegaron a la casa este hombre no era un médico, sino ¡un ladrón!

El episodio se produjo en un departmento situado en Zapiola, entre Olleros y Lacroze, de ese barrio del noroeste de la Ciudad,  según se conoció.

Carolina Arce contó en su muro de Facebook el terror que sufrió durante interminables cinco minutos.

“Llamé para pedir médico a OSDE, porque Hele se sentía mal, había estado toda la tarde con dolor y a la noche ya lloraba porque le dolía mucho. A los 20 minutos me tocan el timbre, contesto, me dicen ‘médico’, bajo a abrir lo más confiada. Entra a mi casa, sube la escalera para la habitación, y cuando le quiero empezar a contar lo que le pasaba a mi hija el tipo saca un arma! me la pone en la espalda con fuerza y me dice dame toda la plata que tengan, quiero plata, quiero plata!!”, relata.

Enseguida acudió el esposo, al que también el malviviente redujo y, como a su esposa, le sacó el celular y otros valores. El hombre intentó calmarlo, pero le exigía más dinero, por lo  que lo llevó a una habitación para ofrecerle todo el que había en  un departamento. “No podía creer que no teníamos más plata. Nos dijo que nos iba a atar y encerrar, pero mi marido logró calmarlo, le dijo que no íbamos a hacer nada y lo acompañó a la puerta del edificio”, sostuvo Carolina.
 
La familia llamó a la prepaga donde le dijeron que no sabía  como había ocurrido, ya que la información sobre los llamados van  directamente por una aplicación con la que cuentan los médicos. 

“Cuando volví a llamar, la telefonista se quedó anonadada, quiso enviar una ambulancia en el momento, yo estaba tan impactada  que no quería recibir a nadie más en mi casa y cortó”, contó la  mujer.

“Pero nos volvieron a llamar insistiendo que querían enviar el  médico que estaba destinado a venir, era una doctora, nos pasaron  todos los datos y nos dijeron que cuando estuviese en la puerta  nos iban a llamar, y así fue. Llegó justo cuando también llegó el  patrullero, ya que llamamos al 911”, añadió.