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Un joven de 16 años, fascinado por las armas y con problemas psicológicos, abrió fuego este jueves en su escuela de enseñanza secundaria de la ciudad francesa de Grasse (sur) y provocó diez heridos leves, entre ellos el director. 

El incidente no tiene ningún tipo de conexión "terrorista", indicaron las autoridades, pero provocó escenas de pánico en un país traumatizado tras una ola de atentados. 

"No se ha establecido ninguna conexión terrorista", señaló la fiscal de Grasse, Fabienne Atzori, en una rueda de prensa. 

El acto de este joven, que no opuso "ninguna resistencia" durante su arresto, estaría vinculado a "malas relaciones con otros estudiantes", agregó Atzori. 

"Evidentemente fue un acto loco de un joven frágil y fascinado por las armas", estimó la ministra francesa de Educación Najat Vallaud-Belkacem, que elogió la acción "heroica" del director del establecimiento, que protegió a los estudiantes. 

El joven entró en su escuela con una escopeta de perdigones, dos pistolas y granadas, pero solo causó heridos con el arma de aire comprimido, lo que evitó un drama mayor.  

En total, diez personas resultaron heridas leves, tres de ellas por los perdigones, los demás al intentar huir, según la fiscal del caso. 

En las cuentas Facebook, Twitter y Youtube que presuntamente pertenecen al sospechoso se pueden ver varias fotos y videos de la masacre de Columbine en Estados Unidos y de un tiroteo en una escuela secundaria de Colorado, que se saldó con 13 muertos en 1999.  


Funcionarios locales dijeron a la AFP que varios alumnos huyeron y buscaron refugio en un supermercado cercano "lo que creó un pánico y rumores de un ataque".  

"Escuchamos disparos" y "vimos a gente corriendo y gritando: ’Hay un loco disparando’. Salimos corriendo", contó Mokhtaria, de 15 años. 

El sospechoso habría actuado solo, según fuentes policiales. En un primer momento se habló de un cómplice. 

Como medida de seguridad, las autoridades ordenaron el cierre de todos los centros escolares de esta localidad conocida por sus perfumes, confinando en su interior a alumnos, profesores y empleados, según fuentes locales. 

Francia se encuentra en estado de emergencia tras una ola de atentados yihadistas que dejó 238 muertos desde el 7 de enero de 2015. 

La tensión seguía latente en las calles de Grasse el jueves por la tarde, con policías en las calles y helicópteros en el cielo. 

El instituto seguía horas después del tiroteo rodeado por numerosos policías, constató un fotógrafo de la AFP. 

Desde el inicio del curso académico, en septiembre, se ha reforzado la seguridad alrededor de los 64.000 establecimientos escolares del país, con el despliegue de más de 3.000 reservistas. 

El tiroteo se produce a menos de 40 días de las elecciones presidenciales, en las que la ultraderechista Marine Le Pen parte como favorita para la primera vuelta. 

Los hechos ocurrieron solo horas después de que una carta bomba explotara en las oficinas del Fondo Monetario Internacional (FMI) en París, hiriendo a una secretaria que sufrió quemaduras en las manos y la cara. Ese atentado sí tendría conexiones con un grupo armado, aparentemente un grupo anarquista griego. 

Francia ha vivido en el pasado ataques a escuelas. En 2012, Mohamed Merah, un extremista de 23 años, mató a tres niños y a un maestro en una escuela judía en la ciudad de Toulouse (suroeste).