Un domingo de marchas y protestas contra la corrupción y la impunidad de los políticos, se vivió ayer en Brasil. Río de Janeiro, San Pablo y Brasilia fueron sólo algunos de los 21 estados en los que la población reclamó la "renovación" de la clase dirigente.

Con las primeras luces de la mañana, centenares de personas coparon las calles de la capital y de Río de Janeiro, donde las pancartas de repudio a las autoridades resplandecían junto a los rayos del sol y la brisa del mar carioca. Pero lejos de que el buen clima generara un buen ambiente, las protestas fueron impiadosas con los corruptos.

En Brasilia, por ejemplo, la movilización estuvo acompañada por 12 ataúdes con las fotos de políticos acusados por corrupción. "Dilma Rousseff ladrona, no te tenemos miedo", gritaron algunos que también "atendieron" a Luiz Inácio Lula da Silva. Otros, aseguraron que aunque tiene "legitimidad", el presidente Michel Temer carece de "credibilidad" para hacer reformas.

"Fin de la impunidad" y "Renovación política", fueron los lemas de las marchas en las que el pueblo también pidió que desaparezcan los beneficios judiciales para ministros y legisladores y exigió que no haya amnistías para las donaciones de campaña no declaradas, que generaron millonarios desvíos de dinero en Brasil y en otros países de Latinoamérica.

Por este tema, más de cien políticos brasileños, entre ellos varios ministros, figuran en los pedidos de denuncias que fueron enviados en los últimos días al Supremo Tribunal Federal.

Otros reclamos
En medio de las marchas, algunos aprovecharon para hacer sus propios pedidos. Entre ellos, los defensores de la destituida presidenta Rousseff exigieron la renuncia de Temer; mientras que en Río de Janeiro un grupo reclamó un cambio del sistema político en el país y la instauración de una monarquía.