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LOCALES

25 de enero de 2018

Suma 50 mil firmas un petitorio para que Kiki esté con su familia solidaria

El nene fue separado del hogar que lo acogió durante dos años. La pareja que lo tuvo ese tiempo pidió la adopción del chico.


El matrimonio santafesino que conforman Sergio Gigliotti y Cristina Morla tuvo ayer en Rosario un contacto con la prensa local a fin de explicar la angustiante situación por la que atraviesan a partir de la decisión de la Subsecretaría de los Derechos de la Niñez, Adolescencia y Familia de retirarles a Kiki, el nene de tres años que vivió con ellos los últimos dos en el marco del programa Familias Solidarias. Además, una petición para que el niño les sea restituido, hecha a través de la red Change.org ayer, y en menos de tres días, ya sumaba casi unas 50 mil adhesiones.
La dependencia estatal les retiró al niño hace pocos días argumentando que había finalizado el plazo de tenencia establecido en el programa "Familia Solidaria", en el cual familias adoptan a chicos en situación de vulnerabilidad durante seis meses hasta que son reubicados en un hogar definitivo. Lo anómalo es que en este caso transcurrieron casi dos años y el nene creció y estableció un vínculo afectivo con sus padres solidarios.
"Esto no es una pulseada, no es a ver quién gana, a mí no me importa. Nosotros estamos convencidos de que somos los papás, porque él nos eligió. La prioridad la tiene él", comentó Sergio a la prensa.
Ayer por la mañana en el bar El Cairo, del centro rosarino, comentaron que al momento de acoger a Kiki en su hogar la intención no era adoptar, ya que incluso este matrimonio tiene hijos propios. Pero con el transcurso del tiempo los lazos afectivos se fortalecieron y por eso quieren recuperar al nene.
Gigliotti insistió en que el deseo del nene es quedarse con su familia: "La ley suprema es la que establece el bienestar del niño. Si a Kiki hoy vos le preguntás con quién quiere estar, va a decir con mamá Cristina, va a decir Sergio. ¿Por qué no se lo escucha a él?". La pareja asegura que confía en la Justicia: "Nosotros tenemos mucha fe en la Justicia, creemos que la Justicia no puede desoír esto. Nosotros no pedimos que se vaya ni renuncie nadie, nosotros queremos que Kiki vuelva al centro de vida que tuvo desde hace casi dos años". En ese sentido, indicó que "la causa está en una posición cerrada para que Kiki esté donde esté y no esté con nosotros. Hay feria judicial, está nuestra presentación de guardia preadoptiva", agregó.
"La doctora Mónica Barroso —la directora de Niñez para el Centro y Norte de la provincia— nos informó que teníamos que entregar al niño, esa fue la palabra que usó". Y agregó: "Con Cristina habíamos tomado el compromiso frente a Kiki de vincularlos con los hermanitos que él sabía que tenía, buscarlos y darles la posibilidad de conocer su familia, porque es un derecho que tiene".
"La jueza no ha anunciado palabra, hasta ahora ha hecho correctamente su papel, está esperando que la parte administrativa finalice para ella empezar a trabajar de lleno con todo esto. El juez va a hablar únicamente con un fallo, nosotros tenemos esperanza en eso", manifestó Gigliotti con respecto al expediente judicial.
También el padre solidario se dirigió a aquellas familias que atraviesen una situación similar expresando que "les diría que hagan lo que le dicta el corazón, no hay un formato, modelo o forma de luchar. A nosotros el corazón nos dijo que teníamos que pelear por Kiki, que hagamos lo imposible para que vuelva a casa, con sus juguetes".
Miles de firmas
A través de una petición dirigida a los funcionarios provinciales y el gobernador Miguel Lifschitz en www.change.org, que ayer ya sumaba casi 50 mil firmas en apoyo, la pareja relata los desgarradores episodios que vivió el pequeño Kiki. El nene fue separado de su mamá al año de vida y enviado a una institución. Luego, el Estado decidió entregarlo a una familia solidaria que debe cuidar al niño que será adoptado por otra gente durante seis meses. La ley obliga al Estado a que en 180 días resuelva la vida de este niño encontrándole una familia definitiva. "Pero el Estado se ausentó durante casi dos años, y como esas plantitas que crecen a pesar de todo entre las baldosas, el amor pudo más que la burocracia y no pudo esperar", se indica en la petición.
Entonces decidieron pedir la guarda preadoptiva de Kiki con el objeto de adoptarlo y no romper el lazo de amor que los une, pero "cuando el Estado se enteró de dicha medida, que ponía y pone a la vista su desidia, decidió hacerse presente, muy presente". También se asegura que "la doctora Barroso había tomado la decisión de vincular a Kiki con su hermanito de ocho meses, pero de una manera muy extraña. Kiki iría a vivir a la casa de una familia solidaria que no es la familia solidaria que contiene a su hermanito de ocho meses. Los padres de Kiki ofrecieron recibir al bebé o llevarlo todas las veces que las autoridades lo indicasen a ver a este hermanito, pero no los escucharon".
 



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