13 de enero de 2025
Que no te roben el verano: guía básica para unas vacaciones sin estafas
Desde reservas fantasmas hasta clonación de tarjetas, durante la temporada alta los fraudes turísticos se multiplican y se vuelven cada vez más sofisticados. Cómo identificar los engaños más comunes y qué medidas tomar para protegerte
Llego el verano y con él, las esperadas vacaciones. Tras un intenso año de trabajo o estudio, tanto niños como adultos esperan con expectativa e ilusión la posibilidad de sumergirse en playas cristalinas, refrescarse en arroyos serpenteantes o perderse en largos paseos entre sierras y montañas. El destino es lo de menos; lo verdaderamente importante es desconectarse de la rutina y dejar atrás el ajetreo urbano en el que transcurre nuestro día a día.
Sin embargo, este ansiado momento de descanso y diversión puede verse empañado con sorprendente rapidez si, seducidos por el espíritu festivo vacacional, bajamos la guardia y nos convertimos en blanco fácil para estafadores profesionales. Es que no solo los operadores turísticos y los empresarios hoteleros esperan una temporada de verano exitosa; también las bandas organizadas dedicadas a todo tipo de fraudes perfeccionan sus estrategias para sacar el mayor provecho posible de turistas desprevenidos. Con métodos cada vez más sofisticados y aprovechando con especial ingenio las nuevas tecnologías, estos grupos delictivos convierten las zonas turísticas en su territorio de caza. Para ellos, esta estación también es temporada alta
Pocas sensaciones son tan desagradables como llegar a nuestro destino después de largas horas de viaje, solo para descubrir que hemos sido víctimas de una de las estafas más frecuentes en el turismo: las reservas falsas de alojamiento. Las consecuencias van más allá del impacto económico, ya que el cansancio del viaje, sumado a la angustia de encontrarse sin hospedaje en un lugar desconocido, puede convertir unas vacaciones soñadas en una verdadera pesadilla. No solo se pierde el dinero adelantado por el alojamiento, sino que las víctimas también ven comprometidos sus datos personales y bancarios.
Existen algunas medidas que podemos tomar para protegernos de este tipo de engaño. Por regla general, es fundamental desconfiar de los anuncios que parecen demasiado buenos para ser verdad y que podemos encontrar en redes sociales. Los estafadores suelen crear perfiles falsos para ofrecer propiedades de ensueño en grupos de Facebook o publicitar en Instagram, mostrando ubicaciones inmejorables a precios sospechosamente bajos. En un fraude que podría denominarse “suplantación de identidad inmobiliaria”, muchas veces utilizan imágenes y descripciones de viviendas reales extraídas de publicaciones legítimas, para hacerse pasar por el propietario o administrador de la vivienda.
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