22 de octubre de 2025
Los combustibles aumentaron más que la inflación en Santa Fe y caen las ventas

Según un informe del Centro de Estudios Scalabrini Ortiz, entre enero y septiembre de 2025 la nafta subió un 24%, superando por dos puntos a la inflación en el mismo período. También se registró una caída en las ventas y una menor regulación del mercado.
El constante aumento en el precio de los combustibles sigue golpeando con fuerza el bolsillo de los santafesinos. De acuerdo con el último informe del Centro de Estudios Económicos y Sociales Scalabrini Ortiz (Ceso), entre enero y septiembre de 2025 la nafta tuvo un incremento del 24%, dos puntos por encima de la inflación acumulada en ese lapso.
Tan solo en septiembre se registraron al menos tres incrementos, que dejaron un alza mensual del 5%. Esto significa que llenar un tanque de 50 litros de nafta súper costó en ese mes $76.530, es decir, $13.700 más que a principios de año.
La situación también es crítica para el transporte de carga. Según el mismo relevamiento, llenar un tanque de gasoil común en Santa Fe demandó en septiembre $56.035, lo que representa un incremento de $11.515 en comparación con enero, es decir, un 26% de aumento acumulado.
El informe también advierte que las subas continuaron durante octubre, ampliando la brecha entre el aumento de precios de los combustibles y la inflación general.
Caída en las ventas y menos control estatal
Este aumento sostenido de los precios ocurre en un contexto de retracción en el consumo. Las ventas de combustibles en la provincia de Santa Fe cayeron un 4% interanual y un 10% respecto de agosto de 2023. En particular, las ventas de gasoil común al público retrocedieron un 13% en comparación con agosto de 2024, mientras que la venta de nafta súper se mantiene estable, aunque sin crecimiento.
A esto se suma una decisión reciente del Gobierno Nacional: la derogación de la resolución 314/2016, que obligaba a las estaciones de servicio a notificar cualquier cambio de precios dentro de las 24 horas posteriores a su aplicación. Con esta medida, los aumentos de combustibles ya no requieren ser informados oficialmente, lo que genera un escenario de menor transparencia y control sobre los valores en surtidores.
La combinación de aumentos, caída en las ventas y menor regulación plantea un panorama complejo tanto para consumidores particulares como para sectores productivos que dependen del transporte, en una economía aún marcada por la incertidumbre y la pérdida del poder adquisitivo.
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