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PROVINCIALES

15 de julio de 2020

Un balazo criminal puso fin a la vida del ex edil Eduardo Trasante

Dos hombres llegaron a su casa, bajo amenazas con armas entraron y le dispararon un tiro que le perforó una mano y se incrustó en su cráneo.

Pasadas las 14.30 de ayer dos hombres llegaron a la casa de Eduardo Trasante, el pastor pentecostal que fue concejal rosarino por el partido Ciudad Futura entre diciembre de 2017 y el mismo mes de 2018. Tocaron a la puerta de un pasillo angosto, en San Nicolás 3638, y los atendió una niña de 11 años a la que le preguntaron por una de las hijas del pastor a la que, dijeron, debían entregarle una suma de dinero. La nena fue a buscar entonces a Carolina, la esposa del pastor, y cuando la mujer se asomó a ver quiénes eran todo cambió. Le apuntaron con una pistola calibre 9 milímetros y bajo amenaza recorrieron con ella el largo pasillo hasta el comedor donde estaban Trasante y Ana Luz, una de sus hijas. El pastor apenas pudo llevar su mano derecha a los ojos cuando un tiro se la perforó y se incrustó en su frente matándolo en el acto. Otro disparo se incrustó en una pared y las dos vainas servidas quedaron junto a su cuerpo.

Todo pasó entre las 14.47 y las 14.53 de ayer en el corazón de barrio Alvear, según registró una de las 13 cámaras de videovigilancia que los pesquisas relevaron en la zona. Seis minutos que parecen una eternidad para entrar a una casa, ejecutar a un hombre e irse por la misma puerta por la que habían entrado y perderse de vista.

La misma cámara ubicad enfrente de la casa de Trasante, dijeron los pesquisas, registró la fisonomía y la vestimenta de los homicidas. Y también que detrás de ellos salió Carolina, desesperada y gritando, porque su marido estaba herido. Dos hombres que trabajan en una fábrica vecina corrieron en su ayuda, uno ingresó a la casa y vio el cuerpo. El ex edil estaba en el comedor, debajo de una mesa, con su rostro intacto y perdiendo abundante sangre.

Ningún vecino escuchó detonaciones a pesar de que a la hora del crimen el silencio se apropia de esa y otras cuadras de barrios. Pero el ambiente donde mataron a Trasante tiene un techo alto de chapa que podría haber contribuido a dispersar el sonido, o quizás los homicidas pudieron haber usado un silenciador.Las únicas testigos de todo fueron la pareja de la víctima, Carolina L.; su pequeña hija de dos años; Ana Luz Trasante, de 17, y una amiga de las chicas, Morena G., de 11 años, quien atendió el llamado de los asesinos.



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