Por Damián Juárez
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Cómo será la relación Argentina- Estados Unidos con la flamante presidencia de Donald Trump es todo una incógnita. En la previa, el gobierno jugó para Hillary Clinton, al menos desde las declaraciones de la canciller Susana Malcorra a favor de la candidata demócrata, a la que no le alcanzó para llegar a la Casa Blanca.

Finalmente, Macri logró hablar con Trump y aclarar diplomáticamente la cuestión, considerando que ambos se conocían del mundo de los negocios, aunque eso no implica nada en especial.

Trump, por su parte, en una reunión con especialistas para América latina días pasados, elogió a la Argentina, considerando que tiene una sintonía política mayor con un gobierno como el de Macri que la que podría tener con un gobierno que fuese la continuidad del kirchnerismo.

Y hablando del futuro de la relación Argentina-Estados Unidos, conviene empezar entendiendo cómo fue el pasado. Los 12 años de gobierno K marcaron un distanciamiento claro con el “grande del norte”.

Esta distancia la marcó básicamente Argentina, preocupada por afianzar alianzas basadas en Latinoamérica y particularmente alejadas de Estados Unidos.

Es por ello que, por ejemplo, Barack Obama evitó puntualmente nuestro país en sus visitas a la región. Pese a la charla Macri-Trump, y a la buena sintonía ideológica que aparece a priori entre ambos gobiernos, la relación está aún fría, como el clima en Washington en la asunción de ayer.

La delegación argentina, inexistente, se limitó al embajador Martín Lousteau, que habrá que ver si sigue siéndolo mucho tiempo más teniendo en cuenta la intención siempre latente del joven economista de jugar en la política porteña. Lousteau fue el representante argentino en la jura de Trump, y se limitó casi a ejercer un rol de comentarista, tuiteando, como marcan los tiempos, fotos y conceptos formales en semejante acto.

En términos concretos, la verdad que hay que contar es que Estados Unidos -ayer, hoy y siempre- no suele tener una política de relaciones particular con Argentina, sino que suele tener una política exterior clara, que incluye a la Argentina, lo que es distinto.

Y en este marco, Trump ya anunció que se cerrará al mundo, que aplicará una política proteccionista de la industria norteamericana, buscando importar menos y producir más puertas adentro. Este es el marco global de lo que va a pasar, según lo que se dijo hasta ahora.

En este contexto, Argentina, que busca inversiones de manera desesperada en todo el mundo, intentará aprovechar el aislacionismo en el que intentará meterse Estados Unidos para afianzar vínculos con el mundo.

“Espero que le dé importancia a la relación con Argentina, creo que hay un enorme camino a recorrer juntos. La relación entre Estados Unidos y Argentina tiene que ser de mutuo beneficio”, dijo Macri días pasados sobre su expectativa respecto del gobierno que asume en Washington.

También agregó que las políticas proteccionistas que comenzarán a desplegarse no perjudicarán a Argentina. El gobierno de Trump recién arranca y todo el mundo mira expectante lo que va a pasar. Habrá cambios y muchos, aunque los que miran la política hace años saben que en campaña se dicen muchas cosas que luego, al momento de sentarse en el sillón, aquí y allá, quedan en el recuerdo.