Los restos de la mujer y de sus cuatro hijos asesinados a puñaladas en su casa del barrio Villa del Carmen, de la capital santiagueña, por un policía retirado, pareja y padre de las víctimas, que murió este miércoles, fueron inhumados esta mañana en en el cementerio de la localidad de Fernández.

Los féretros con los cuerpos de las cinco víctimas fueron seguidos a lo largo de casi tres kilómetros por cientos de personas, entre ellas familiares, docentes y amigos, que se movilizaron en toda clase de vehículos hasta el cementerio municipal Cristo Redentor, de esa población rural.

Durante el velatorio y sepultura de los restos de Nancy Elizabeth Lastra (33) y sus hijos Luciana (12), Marcos (11), Santiago (3) y Verónica (9), se vivieron momentos de dolor, bronca e indignación.

La mayoría de los asistentes consideró que se trató de una masacre que pudo ser evitada, a partir de la denuncia presentada por la mujer en la Oficina Violencia de Genero de Santiago del Estero, el 6 de diciembre pasado, que derivó en una restricción perimetral para el múltiple asesino.

Las autopsias practicadas a los cuerpos de las cinco víctimas mortales revelaron que la mujer agonizó durante varios minutos y murió a raíz de una hemorragia interna provocada por más de 15 cuchilladas en el tórax y abdomen, con quemaduras en el 80 por ciento del cuerpo, sostuvo el médico forense Horacio Alfano.

Los cuerpos de los menores de edad, en tanto, presentaban entre 3 y 5 heridas cortantes en el tórax, a la altura del corazón, realizadas con arma blanca, expresó el médico forense, y dijo que podría tratarse de un puñal de 30 centímetros de hoja, similar al que se secuestró en la vivienda.

Asimismo, confirmó que las cinco víctimas mortales murieron a raíz de los cortes que recibieron en el ataque perpetrado por Ferreyra y no por asfixia provocada por el incendio.

Los trámites de inhumación estuvieron a cargo de Enzo Ferreyra, de 27 años, hijo mayor del primer matrimonio del femicida.

"No puedo explicar qué le pasó y nunca fue una persona violenta. Vivió muchos años con mi madre y nunca le levantó la mano", sostuvo el joven en declaraciones a la prensa.

En ese sentido, expresó sentir "como si no fuese mi padre, es otra persona. La verdad es que no sé cómo tomar esto. Me duele el alma por mis hermanitos, por los que él siempre luchó y nunca nos hizo faltar nada".

La jueza de Género, Norma Morán, dijo este martes que Lastra había denunciado en diciembre a su marido por violencia de género, por lo que antes de Navidad fue excluido del hogar y se dispuso una restricción de acercamiento hacia todos los miembros de la familia.

Sin embargo, la mujer solicitó hace algunos días el levantamiento de la medida judicial y Ferreyra había vuelto a residir en el hogar, pese a que se le había rechazado el pedido formulado a una defensora oficial.

Fuentes de la investigación manifestaron que la causa de la discusión habría sido que Ferreyra detectó frente a la vivienda la presencia de un móvil policial, cuyo personal había concurrido a notificar una citación a la pareja para una pericia psicológica, y pensó que su esposa lo había denunciado nuevamente por violencia de género.