Este 12 de marzo, un policía del condado de Orange (California, Estados Unidos) ha matado de un disparo a un hombre poco después de evitar que se suicidara.

El incidente comenzó cuando la Policía observó que la furgoneta que manejaba el fallecido, Michael Anthony Perez, tenía un faro trasero estropeado. Las autoridades comprobaron su matrícula, descubrieron que existía una orden de búsqueda para el vehículo y trataron de que el conductor se detuviera, pero en un principio se negó a obedecer.

Por fin, Perez se paró en el estacionamiento de un shopping y, cuando bajó una ventanilla, los oficiales lo obligaron a abandonar su camioneta, pero permaneció encerrado, abrió una lata de gasolina, derramó parte de su contenido en un trapo y encendió un cigarrillo.

Tras avisar a los bomberos, los agentes rompieron el vidrio del pasajero y emplearon una manguera para derramar agua a presión dentro del vehículo, prevenir un incendio y hacer salir a Perez, quien salió por su ventana lateral armado con un cuchillo.

En ese momento, al menos siete guardias emplearon "munición no letal" para reducir al sospechoso. Sin embargo, resultó ineficaz y un policía disparó a Perez en el torso quien, posteriormente, falleció en un hospital, según publica el sitio informe21.com.

El sargento Rob Thorsen, de la Policía de Orange, ha explicado que Perez tenía "un amplio historial criminal" que incluía "delitos relacionados con armas y narcóticos". En cualquier caso, la oficina del fiscal del distrito de la región investiga los detalles del suceso.

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