Por una combinación de paros de controladores y líneas aéreas, el periodista santafesino Federico Romagnoli y su familia, no fueron protagonistas en los atentados que esta mañana sacudieron la capital de Bélgica dejando más de 30 muertos y decenas de heridos.

“Llegamos en tren a Bruselas. Cerca de las 12.30 de la noche", dijo el periodista. Así, la familia Romagnoli decidió salir a recorrer la ciudad en la madrugada para marchar temprano hacia Brujas, ciudad turística ubicada a 90 kilómetros de Bruselas. En las primeras horas de la mañana emprendieron viaje hacia el mecionado de turismo y tan sólo a 4 cuadras del lugar donde los Romagnoli se hospedaban, estallaron las bombas.

En el mismo día, los Romagnoli recorrieron la ciudad de Brujas y, según Federico, allí no notó grandes repercusioines de los atentados y un gran contraste ay que cuando bajaron del tren, ni siquiera "le pidieron los tickets". "Era como si no hubiera habido un atentado. El mayor problema que tenía era que no había trenes a Bruselas", dijo el periodista santafesino.   

Horas más tarde, Romagnoli y su familia, regresaron a Bruselas donde el panorama estaba marcado por fuertes "cordones policiales y militares" que ponía a todo transeúnte bajo un "rigurosísimo control de efectos personales".

Consultado sobre la sensación reinante en aquella ciudad, Romagnoli lo graficó de la siguiente manera: “es muy similar a esa sensación generalizada de tristeza que hubo después de la inundación de 2003”.

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